jueves, 29 de octubre de 2015

La Serenidad De Una Esclavitud Permitida


Si aceptas a la felicidad como una sonrisa efímera  despiertas plácidamente a tus sentidos y le das el alimento adecuado a tu  alma, sabes sin más sonrojarte a la sorpresa de lo inesperado, adecuar lo apropiado al  dulce néctar en la belleza de esa   elegancia que marca tu  sencillez.

Prestamos la serenidad de una esclavitud permitida  al vivir de manera prestada, al  encoger de hombros a la luz que nos da su fuerza y vitalidad, vives de espaldas a lo que nos acontece la verdadera  miel de nuestras delicias.

Permitimos establecer nuestras propias trampas en máscaras de superficialidad e hipocresía, fingimos saber que sabemos y que nuestra ignorancia es prestada y que jamás fuimos vagabundos de la misma, que jamás dormimos bajo un mismo techo, y que las lágrimas harán un diferente baile en cada mejilla del prójimo, que el dulce despertar de conocimiento está en el poder de una cumbre en la cual todo lo vemos y los demás son esas pequeñas hormigas a ese poder inmenso de nuestra egolatría.


El desdén de una travesura bella es la cualidad extraordinaria de esas  sombras que nos dan profundidad a esas luces que tanto esquivamos, la energía de nuestra alma y la calma de nuestro corazón guiaran a nuestro instinto en la brújula del puro  disfrute  en el instante que nos precisa y espera con una sonrisa, solo así la llama de la alegría albergara y crecerá en un nuevo corazón.

No hay comentarios:

Publicar un comentario