Una vez hubo una caja de ideas donde escribía mis locuras cuerdas,
donde la imaginación se hundía y traspasaba la realidad, ahí cogí mis mejores
armas y escudos para la batalla y luche porque un sueño se convirtiera en auroras boreales de acción,
por las ideas cabalgaran sobre la realidad como jinetes intrépidos de mordaz
caballería, agazapado en la tiranía de una armadura oxidada supo deleitar el
desprenderse de la misma ,viendo asi el nuevo amanecer que le disculpaba con
gracia y sonriente.
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