Sonrió a mi dulce despertar, a la caricia que me calma y al
arrebato que me hace latir con fuerza, me gusta coger bocanadas de energía con
la mirada cómplice de un corazón ardiente, hoy me he levantado con ganas de
susurrarle a mi sonrisa que debe mostrarse más al mundo, que no debe ser tímida
ante la belleza de un sol que cubre su manto, que su brillo encandila la noche,
la enciende, amortigua pena y temores en el rincón del olvido.
No debo vivir prestado en sonrisas ajustadas, en mascaras
artificiales de tranquilidad, de que todo es relativo y todo vale, no quiero
vivir en un mundo sarcástico de intereses ocultos ,de arduas espinas que todo
lo mutilan a su paso, decido amortiguar mi paso con la verdad de mi corazón
libre, de una mente serena y una mirada decidida.
Quiero más y más de esa sonrisa que encandila mi interior,
repara a mi corazón y enciende la piel de mi alma, retorna al fin de los
tiempos para invertir mi tristeza y rejuvenece cada poro de mí ser, brota de
manera especial en mi cara y surge del manantial de ese interior acaudalado por
la paz.
Me gusta la belleza que se gana con los años, la cordura que
se presta elocuente, necesito saber que se siente al despertar con nuevas alas
en un nuevo paraíso ante mí, me inclino a pensar que el motivo de la paz que no
encontramos es no querer amanecer con una sonrisa para ser feliz, el tiempo no
se detiene ante la misma pero si le presta su actual melodía.
Me gusta muchísimo más susurrarle a mi sonrisa que la
necesito para ser feliz, que el corazón que la guía deleita a la mente y la
mantiene muy viva y no al revés, quiero saber de ti mi querido mundo para
alimentar mi sonrisa con la tierna mirada prestada para tal fin, ya que quiero vivir
de manera autentica y sublime como ya tú lo haces.
Orlandito
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